La casa

Se sentó en la esquina donde había una heladería. La casa quedaba a mitad de cuadra. Se había comprado un helado de crema y chocolate como los que solía comprar cuando era chico y vivía ahí. En la calle San Miguel de Las Heras. El sol daba sobre la casa de la misma manera que daba hacía unos 40 años, la última vez que estuvo aquí. La casa se veía igual, seguramente le habían hecho algunas mejoras, pero no le habían cambiado ni el color del frente.

La casa de su niñez se veía pequeña, más de lo que recordaba. Es cierto que cuando uno es niño todo se ve mas grande de lo que realmente es. Miles de pensamientos y recuerdos se cruzaban en su cabeza. Ahora la calle estaba asfaltada y las casas vecinas se veían casi iguales. La casa estuvo ahí y probablemente estaría ahí por quién sabe cuánto más tiempo.

Lo más extraño de todo es que hoy, después de mas de 40 años, él seguía soñando con esa casa y esa calle. Porqué sus sueños volvían sobre esa casa que había dejado cuando tenía 10 años? Será que los sueños se relacionan con la niñez y la niñez nos determina?

En ese momento era difícil distinguir realidad de sueño. A ese lugar no volvía desde cuatro décadas atrás y soñaba casi cada noche con esa casa. En ese momento era realidad o era sueño? Es más, qué es mas fuerte, la realidad o el sueño y la fantasía? En un rato se iría, ya caía la tarde y al terminar su helado llegaba la penumbra en la calle todavía sin mucha luces como en ese pasado remoto.

En un rato se fué, caminó, se dió vuelta y miró por última vez la casa, la cuadra, los pocos árboles pero no era una despedida. Sabía que esa noche iba a volver a ver la casa, las calles y aquellos que estuvieron con él en ese barrio de su niñez.

Noche en familia

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Una noche como todas…

Su vida era totalmente normal. Papá, mamá y una hermana. Papá peluquero, jugador y mozo de una «boite» de noche; mamá ama de casa y cornuda. Escuela, buenas notas, mejor alumno. Largas siestas de no hacer ruido para que papá duerma y pueda ir a trabajar de noche y «timbear». Si la cosa no era así, golpes y cintazos. Era era la ley…

Esa Navidad fue distinta, o no tanto…en realidad, se veía venir. Nochebuena, peleas y echada a la calle. Empezó haciendo calor, luego comenzó a llover a eso de las 11. Para las 11 y media ya papá la había echado a mamá y él, hijo mayor, no podía dejarla sola. Y se tomaron uno de los pocos micros que todavìa andaban a esa hora…el pobre tipo que le tocó trabajar esa noche los miró con algo de lástima…-Dos hasta Las Heras- dijo él, mientras mamá sollozaba. Eran los únicos en ese micro viejo y destartalado. El chofer, que seguramente quería estar en otra parte y ellos dos, solos, tristes en esa Noche Buena, mientras los cohetes comenzaban a escucharse y las cañitas voladoras se notaban a lo lejos. Y el micro siguió, y nadie subió. Y los baches los hacían saltar, pero el tomaba fuerte la mano de su madre y eso lo acompañaba… Y se bajaron en aquella parada oscura, y caminaron hasta la casa, ya abandonada, que todavía tenía un colchón y algunas cosas por ahí tiradas. En el camino, mamá se cayó. El la ayudò a levantarse y le limpió como pudo la sangre de la rodilla. Y llegaron. Y sin prender la luz se acostaron, cansados, hùmedos, agobiados, amargados. Y los cohetes y la cañitas voladoras sonaban y volaban, ignorándolos aùn más… y la Navidad llegaba. Miró a su madre y se prometió vengarse un día…Y se durmieron, en el calor agobiante que anunciaba un día caluroso. 

Panquehua

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Tarde de felicidad eterna.

Domingo. Tarde de sol. Se suben a la moto…Papa conduce, quièn sabe dónde. Es domingo en familia, como casi nunca pasa. Y ahí llegan. Y papá los trajo uno a uno. Porque es una moto pequeña y es todo lo que tienen. Y paran cerca de la ruta por donde todos pasan. Allà por Panquehua, llegando a Villavicencio. Y papá saca una pelota de goma…y juegan. Y la pelota rebota, y va y vuelve. Y papá la patea torpemente solo para hacerme feliz. Y yo soy feliz porque juego con mi papá. Por última y única vez. Y la tarde cae, y comen un asado mal asado, y rien. Y el tiempo se detiene, porque ya es parte del recuerdo. Y podrà ser revivido infinitas veces. Porque quedó en la memoria. Porque no se volviò a repetir. Y ese sol es eterno…esa tarde de quién sabe cuándo…cincuenta años atrás, pero siempre en el recuerdo. Y la moto está ahi, esperando para volver, tirada, gris, con asientos negros, con las bujías recién cambiadas. Finalmente, la tarde cae, y muere el domingo, y papá nos trae uno a uno. Y ese domingo sí muere, pero renace cada vez. En realidad, nunca terminó porque fue un domingo feliz. Tal vez el único.

Preparado

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Preparado para lo increíble.

Hoy dormí una larga siesta. Mi cuerpo estaba extenuado, al igual que mi mente. Soñé mucho y pude recordar (aún recuerdo, lo que es raro) el sueño que tuve casi en su totalidad. Al despertar, me costaba saber dónde estaba y cuándo estaba. Esa sensación de estar despierto pero a la vez suspendido en el tiempo y el espacio. Poco a poco, recordando y repasando ese sueño, sumido en el goce de ese proceso, fui volviendo a la realidad, como quien se recupera de una borrachera. Afuera llovía y la cama resultaba el mejor lugar donde estar. De repente, veo algo cerca de la cama, algo que se había deslizado de uno de esos libros que traigo a la cama y nunca leo. Una foto, un recuerdo, caras jóvenes y lugares pasados. Me veo junto a mi esposa, alzando a mi hija recien bautizada, hace ya 28 años, bajo el sol mendocino, con el fondo de la Casa de Gobierno. Me pregunto vagamente, sin recordar, qué hacíamos allí sin encontrar la respuesta ni insistir mucho buscándola. Pienso en todas las cosas que han pasado desde ese momento y siento que si alguien se hubiera acercado a mí en ese momento y me hubiera contado brevemente sobre mi futuro, me hubiera reído de ese alguien y lo hubiera tomado como un loco. Así es la vida, una locura, una sucesión de cosas que hacemos y que nos pasan y que si supiéramos que ocurrirán probablemente nos paralizaríamos.

Debo estar preparado para lo que viene que, seguramente, sera increíble.

Chile despierta

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Que no les sea tan fácil controlar todo a piacere.

Cuando joven, recuerdo haber comprado un libro de Neruda y llevarlo bajo el brazo. Era la dictadura de Videla y dentro mío hervían las ideas de izquierda. Recuerdo que fui a una zapatería de Mendoza y lo puse a un lado para probarme unos zapatos no muy caros ya que no me daba el presupuesto. El empleado me dijo:-Guardá ese libro o te pueden llevar preso. Yo no le creí. Con el tiempo luego me di cuenta que tenía razón. De joven supe lo que era no tener auto, agua caliente o ni siquiera una ventana para mirar el sol al levantarme. Veía a mi papá trabajando y trabajando sin que nunca pudieramos salir de las limitaciones. Recuerdo en aquellos tiempos de dictadura, que tenía un amigo cuyo padre era militar. Este muchacho vivía en una buena casa, era pésimo alumno, pero andaba en su Ford Falcon Sprint nuevo que le prestaba su papá. Tenía entradas gratis para ir al cine y entraba o salía de donde quería con una credencial que quién sabe qué decía. Un día me llevó a una casa cerca de apariencia normal de la calle Emilio Civit, a visitar a su padre a su «trabajo» y el lugar estaba lleno de militares con radios y pantallas controlando en secreto quién sabe que cosas.

Recuerdo también, en aquello tiempos, un poco antes, como Allende, mas allá de Los Andes, habia sido derrocado y muerto con la intervencion de la CIA. Siempre me habia maravillado como la izquierda en Chile había sido tan fuerte y como en la Argentina esa izquierda habia sido «comida» por el peronismo y qué tan lejos  hubiera llegado la izquierda sin el peronismo.

Mucha agua ha pasado bajo el puente y muchas décadas después me preguntaba qué habéa sido de esa izquierda y progresismo chilenos. Donde habían quedado después de tanto «liberalismo», apertura de mercados, «eficiencia», «disciplina fiscal» y respeto por la empresa privada y sus beneficios para la humanidad que habían convertido a Chile en un modelo avanzado, comparado en su momento con los «tigres asiaticos» y puesto como ejemplo.

En estos dias me doy cuenta que eso estaba dormido, aplastado por tanto capital, verso y empresarios que, dueños del poder del dinero, del despido, de leyes laborales y todo tipo de herramientas, convierten a los países en ejemplos «exitosos» en los cuales la gente sólo tiene para comer, ponerse alguna ropa y tomar el autobús para ir a trabajar para el beneficio de aquellos que graciosamente se reunen en esos eventos sociales tan publicitados por los diarios y otros medios, por supuesto, con la complicidad de políticos puestos y pagados por ellos y beneficiados por el único «derrame» del sistema: polìticos, legisladores y jueces, las famosas 3 ramas del gobierno de Montesquieu convertidas en la legalización del sistema de explotación. Eso no cambió, aunque haya caído el comunismo autoritario o se haya convertido en comunismo capitalilista explotador como el caso triste de China.

En algún momento el pus del sistema tiene que salir. Por más que digan que hay algunos componentes foráneos, la gente finalmente se cansó y mostró cómo puede la movilización popular, poner el freno a las calamidades, «excesos» y abusos de una clase dirigente polìtica y económica que logra el poder y lo controla tranquilamente a través del dinero. La ecuación es simple: polìticos + empresarios poderosos+ medios amigos = mayorías empobrecidas limitadas por magros ingresos.

Chile despierta y da un ejemplo. Ojalá todo sera para bien.

Noche Buena en Mendoza

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Puerta al infinito en Noche Buena…

Noche Buena alla por los 70s en Mendoza… Calor … Se tomó un micro que lo traía a su casa quién sabe de donde. Esa casa en la que no quería pasar la Navidad con un padre violento, una madre deprimida y una casa vieja, fea y sucia. Esa casa lo llenaba de dolor aunque él no lo sabía. Esa timidez, tristeza, desconfianza y falta de estima venían de eso pero él no lo sabía. El micro venía medio vacío ya que supuestamente todo el mundo estaba con o casi con su familia. Decidió seguir en el micro sin saber exactamente porqué, como tantas cosas que a veces hacía en aquellos tiempos. La vio sentada adelante suyo. Pelo corto, teñido, calculaba que unos casi 40 años. No importaba en realidad ya que en la desesperación (que él no sabía que sentía) daba lo mismo cualquier cosa que lo llevara a quién sabe dónde. Y finalmente quedaron ellos dos. Casi las nueve o diez de la noche, aunque daba lo mismo. Ella se baja y el se baja detrás. Calle oscura, quién sabe dónde pero lejos de su casa. La sigue, transpirando, y se le para al lado y le dice algo que ya no recuerda. Ella responde. Las mentiras salen de su boca fácilmente pero son agradables, blancas, con el solo objeto de no estar solo, de sentir a alguien al lado. Siguen hablando unas cuadras oscuras hasta que ella lo invita  quedarse y pasar la Noche Buena con ella y su padre. El acepta y se queda. Ella lo presenta como un amigo y entra a esa casa vieja, tanto o mas sucia que la suya, con una mesa vieja puesta en un patio cubierto con la parra tipica de Mendoza. El hombre se ve rudo, en camiseta musculosa, algo ha tomado y su cara roja desagradable lo observa con desconfianza. Ella lo mira de reojo de tanto en tanto, cómplice. Comen algo que no recuerda en una mesa con sidra y vino tinto y pan dulce y turron baratos. Se tocan de vez en cuando, a escondidas, y la excitación, aumentada por el alcohol lo hacen sentir bien, más feliz tal vez, e imaginar cosas, mientras la mira y la ve cada vez mas bella, en ese lugar feo, viejo, sucio y alejado en quién sabe qué parte de esa Mendoza. A las doce, el hombre en camiseta va adentro y vuelve con una pistola, borracho, tirando tiros al aire con el fondo de cohetes y explosiones. Apunta al cielo y tira dos veces y luego le apunta a él…y tira…

Pelota

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Tesoro perdido

Tarde de fútbol. Tarde de callejear. Tarde de explorar las calles de tierra con deseo infantil. Llevo la pelota abrazada contra mi cintura, como un tesoro. Corremos felices hacia la cancha de tierra, llena de piedras y de ilusiones. El sol brilla; lunes, martes, miércoles? quién sabe? Luego llegan ellos, silenciosos y desafiantes. Más grandes, más malos, más pendencieros. Uno de ellos se arroja hacia la pelota, empuja a algunos de nosotros y corre con esa pelota casi nueva que mi papá me regaló. Mi tesoro. Corre mas rápido que nosotros. Corremos aunque sabemos que si se parara no podríamos sacársela. Corremos detrás por instinto hasta que, llegando a unos edificios, este maldito la patea bien fuerte, alto y mi tesoro se pierde entre los techos infinitos. Se van, entre risas y me quedo, nos quedamos, rotos como vidrios…

Siesta en Mendoza

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Sólo esa luz me acompaña.

Siesta. Calor. Enero. Verano. Mendoza. La casa tiene dos pisos. Mi casa natal. Arriba calor; abajo, un pequeno hall de baldosas. El calor de la siesta mendocina de enero insoportable. Obligado al silencio porque mi padre duerme porque va a trabajar de noche, alli me quedo, tirado sobre la baldosa fresca, apoyando la espalda desnuda lo mas que puedo, para aplacar el calor o no sentirlo, respirando el aire encapsulado pero fresco; en la oscuridad rota solo por rayos y brillos de sol debajo de la puerta que da a la calle. Siestas eternas, sin salida, sin pileta, sin disfrute. Eternas siestas de la niñez ensimismado en mis pensamientos y no pudiendo abrir la boca. Solo me acompaña esa foto de almanaque con una morocha en bikini, una almohada por si me duermo, ruidos de algunos autos que pasan, cansados, bajo el calor. Tres de la tarde, cuatro de la tarde. Sueno con agua, con piscinas, con juegos en el agua. Pero allí estoy, condenado a mi niñez de encierro y silencio, o de gritos y violencia. Siesta en Mendoza.

Viaje en el tiempo…

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Viajar en el tiempo no es imposible…

Por algun motivo, su mente volvia una y otra vez a los recuerdos de su infancia, juventud y madurez. Ya orillando los 60, su vida se sentia ya larga, sinuosa y llena de historia. Su presente ya no era tan feliz, su cuerpo ya no le respondia tan bien como antes. Por ahi se sorprendia mirandose al espejo intentando encontrar nuevas arrugas o desgastes de los golpes de la vida. No era un tema de salud. Era un tema de su mente. Salia a caminar y recordaba y recordaba…Comenzo todo una tarde. Estaba en un parque, sentado mirando unos patos en un lago de un parque…de pronto, su mente comenzo divagar recordando un partido de futbol en aquella cancha de tierra de su infancia, cayendo la tarde. Recordo el sol cayendo sobre la cordillera mendocina, a lo lejos, la noche llegando y como seguian jugando a pesar de la noche y como se llevo por delante ese poste de la cancha por la oscuridad y como quedo negro su ojo durante semanas. Cuando volvio en si, ya era de noche. La segunda vez ocurrio caminando por ese bosque al que le gustaba ir a escuchar los sonidos de pajaros y del viento. De repente, caminando, comenzo a recordarse caminando una noche por la desierta calle General Paz, a las 3 en la madrugada, con su sobretodo y algo de agua nieve y unos policias con perros acercandose, pidiendole los documentos y llevandolo a la comisaria de la calle Godoy Cruz, tenerlo incomunicado por tres dias, en un calabozo, la cicatriz y el rostro de ese hombre semidesnudo, la botella de Coca Cola cayendo en la boca de ese pobre chico al que los policias torturaban solo por placer, barriendo la comisaria con el sol de julio brillando en aquel amanecer durante la dictadura. Desperto ya casi en su casa sin saber como habia llegado. La tercera fue mas increible. Paseando por Galveston, sintiendo la humedad del aire del Caribe, se encontro en esa carpa en Mar de Ajo, el humo afuera, la invasion de mosquitos, la patota queriendo entrar y atacarnos a nosotros y a esas chicas que habiamos conocido esa noche. Pero esta vez no desperto…siguio ahi, dentro de esa carpa, escuchando los gritos de esos desaforados que querian entrar en la carpa, borrachos y llenos de bronca. Los golpes, los gritos, y el silencio…

Volver…

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Vuelta al pago…

Y ya me voy a Argentina. En unos dias mas, inicio la marcha hacia el lugar de donde vengo. En unos días mas, me pongo en guardia, dejo de lado la tranquilidad de caminar por la calle o los lugares mirando de reojo por si alguien se acerca, de dejar mi auto abierto o mi casa abierta, dejo por un tiempo mi casa sin rejas y sin cerca, el «excuse me» o el «ooops» cuando me cruzo con alguien, dejo por un tiempo los autos nuevos, los supermercados llenos, atiborrados de clases de frutas, productos de todo el globo y tecnología de punta al alcance de la mano, dejo de lado el «paraíso» por el cual miles mueren intentando cruzar el Rio Grande. Por un mes, comenzare a escuchar mi idioma en todas partes, me trenzare seguramente en discusiones sobre EEUU, el imperialismo, la libertad o el rol del Estado. Comere carne y me haré lustrar los zapatos en la calle, disfrutare de cafecitos con medialunas en la calle, del aire de la montana mendocina y de las parrilladas. Quien sabe, hasta capaz que disfruto de una final o un campeonato mundial de fútbol para Argentina en tierra argentina.

En un mes, la nostalgia y la tristeza volverán a invadirme cuando atterrice el avion en El Plumerillo y vuelva a recorrer esas calles llenas de perros callejeros, ranchos derruidos y gente mal vestida, producto de décadas de corrupción política y pobreza.

Seguro me tomare un micro para recorrer los suburbios y confirmar la decadencia económica perenne. También recorrere librerías y negocios, bajo la atenta mirada de empleados acostumbrados a los robos y rateros. Volvere a caminar por las calles mendocinas, esquivando autos en la calle que, implacablemente, cazan peatones en las esquinas. Y subiré a taxis que correrán alocadamente por las calles, pasando semáforos, insultando peatones y enojándose porque no tengo cambio. Seguramente visitare la Galeria Tonsa para cambiar mis dolares valiosos que me permitirán tener la comodidad de consumir lo que quiera sin preocuparme por el poder adquisitivo y me encontrare con amigos que no veo hace mucho tiempo, mas avejentados y seguramente mas locos. Tambien visitare medicos y dentistas, que cobran mas barato y son mas humanos.

En unos días, comienza mi aventura sudamericana y la eterna contradicción del inmigrante me golpeara, quien sabe, ojala, mas suavemente que otras veces…

 

Isidoro Boudou

Algunos memoriosos cincuentones recordaran al famoso Isidoro Cañones . El tipo era un bon-vivant, un playboy, hijo de un coronel (la historieta tal vez nació en esas épocas donde era respetable ser militar), lleno de dinero, nunca trabajaba y gustaba de la vida lujosa y de la «timba». Obviamente, mostraba todas las características: egoísta, mal pensado, «ventajero» y aprovechador.  Mas todavía, el tipo no se hacia responsable por nada, no se comprometía con nadie, no cumplía promesas ni hacia favores. De mas esta decir que el tipo tenia dinero ya que su tío, el coronel, a su vez, era propietario de inmensos  campos los cuales son el mejor ejemplo de la riqueza argentina. Era lo que muchos llamaban un «tarambana», un «chanta», términos típicos argentinos para «pintar» estos personajes.

El «chanta» argentino perfecto…

Tal vez ese personaje era el arquetipo del argentino, o de lo que al argentino le gusta ser: estar lleno de plata, no trabajar (ya que trabajar es para los «giles») tener mujeres, autos, propiedades y viajar. Ni siquiera el sueno americano ya que este implica trabajar. En la Argentina existe algo mejor que ese sueno americano: es el sueno argentino: no trabajar y tener mucho dinero. Hay varios personajes actuales que reflejan ese modo de vivir y de pensar. Hoy mirando el diario veía a Boudou, vicepresidente, pelilargo, rockero, rodeado de alguna mujer bella, usando motos y autos caros, codeándose con el poder, viviendo en Puerto Madero, «caradura» que a pesar de estar sospechado de negociados no presenta la renuncia y, tal vez lo peor de todo, luciendo una sonrisa falsa y simulada eternamente.

Cual es la razón por la cual estos personajes llegan a esos lugares de privilegio y gozan de impunidad? El caso de Boudou es un ejemplo muy visible por su cargo, pero hay infinidad de casos similares a niveles mas bajos. Recuerdo que en Mendoza había un Jefe de Gabinete de Ministros famoso por sus borracheras, mujeriego y «chanta». Porque no solo llegan sino que difícilmente sufren el escarnio o condena públicos que se merecen?

Tal vez la respuesta es la cultura argentina eternamente inclinada a favorecer a aquel que es «canchero» o «vivo» o que «se las sabe todas». En el ideario popular argentino es mejor visto que ninguno aquel que cobra sin trabajar o que cobra trabajando poco, o que se las arregla para conseguir entradas gratis. o que tiene amigos que te hacen pasar primero o gratis. Los trabajos se consiguen por amiguismo o acomodo y aquel que tiene amigos o «acomodo» es el mas inteligente. Algo así como en el fútbol es mejor hacer un gol con la mano y que no lo descubran que hacerlo bien y legalmente. Maradona sintetizó genialmente esa argentinidad en ese famoso partido contra Inglaterra convirtiendo un gol con «la mano de Dios» y otro que es el mejor gol de todos los tiempos. Los dos goles hacen gozar al argentino por igual, uno porque lo hicimos de «vivos» y el otro porque somos geniales.

Asi, contradictoriamente, la Argentina tiene un Favaloro que dio su vida y su inteligencia por los pobres y un Boudou, «chanta» ungido en el poder por la gracia de su funcionalidad a un gobierno corrupto. Isidoro tenia a Patoruzu que era su antítesis. Ahora bien, por alguna razón, los «vivos» o «chantas» gozan de mas prensa y apoyo. Tal vez porque simplemente, al ser «chantas» y caraduras» llegan con mas facilidad a los lugares de poder, los lugares donde se toman las decisiones. Justamente porque se han dedicado toda su vida a «chantear» a enganar, es que han aprendido a utilizar a otros, a mentirles, a embaucarlos. Asi, los que «estudian», los que respetan, los que tienen dignidad, suelen no ocupar esos cargos de poder ya que allí tienen que dedicarse a eso en lo que los chantas son maestros: mentir, enganar, confundir, prometer sin cumplir, y todo con una sonrisa.

Esta casta política es eso, un grupo de chantas, amamantados por chantas mayores en los partidos políticos, solventados por chantas en empresas, justificados por chantas en los medios de comunicacion, siempre  dispuestos a hablar de ellos, a publicar fotos y hablar de sus proezas, alimentando ese ideario popular de mejor «chanta y vivo» que honesto y trabajador. Recuerdo mis tiempos de trabajar en la política de mi provincia Mendoza y cuantos «chantas» encontre por doquier, tipos que decían una cosa y hacían otra, que tramaban cosas contra otros, que nunca decían la verdad, que me mentían, que decían que no estaban y se hacían negar. Hasta hoy para mi es un misterio sobre como les funciona el «mate» a estos tipos. Pero eso es tema de otros posts que ya he escrito o seguiré escribiendo.

Alguna duda sobre porque Boudou es vice, o porque D’Elia o Hebe de Bonafini están donde están?

 

Estupidizacion institucionalizada o de como un padre hambrea a sus hijos…

Leo una nota de diario Los Andes sobre como los robos de equipos no permiten conectividad a internet gratis en algunas plazas. Si alguien tiene la posibilidad de ser funcionario gobernante de una ciudad donde la gente vive en ranchos, donde las escuelas se caen, donde los salarios son pauperrimos, donde los perros callejeros abundan en las calles, donde la delincuencia y el consumo de drogas son comunes en la juventud, donde la infraestructura es minima, cuales serian sus prioridades? Hace muchas decadas vivi en Las Heras. Ahora ya vivo lejos de ahi desde hace mucho tiempo. Hace unos meses visite esos lugares por donde corri y jugue en mi ninez y me sorprendio la pobreza, los ranchos, la basura en las calles y el contraste con los carteles proselitistas confeccionados con buen papel y buena fotografia, colgados de postes y paredes sucias y viejas.

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Eso si, Wi-fi para todos…

Que puede pasar por la cabeza de un gobernante que, a un pueblo hambreado, marginado y cuya dignidad esta herida de muerte, le da internet gratis, o televisores HD, o futbol gratis? Que puede pasar por la cabeza de un padre que no le da ropa, alimento o techo a su hijo pero le da dinero para que compre dulces o le compra una PlayStation para que juegue? Que pasa por la cabeza de una persona que lo que gana lo usa para jugar, o comprarse un auto lujoso pero vive en un rancho y no tiene para comer? Evidentemente, la unica respuesta posible es que esos gobernantes tienen como objetivo mantener demagogicamente a un pueblo a su favor, para que en alguna proxima eleccion los voten. Les preocupa a estos gobernantes el pais? su crecimiento a largo plazo? su desarrollo social y economico? la educacion? Obviamente, no. A diferencia de la persona que ejemplificaba antes que tal vez gasta todo su dinero porque esta mal de la cabeza, estos gobernantes, de las Heras o de cualquier parte, que solo quieren mantener entretenidos a su pueblo, solo buscan obtener ventajas de sus cargos, algun dinero o privilegio o algun premio por sus acciones. En ese  contexto de ignorancia y pobreza aceptada e institucionalizada, puede haber alguna salida, algun cambio, alguna vez? Es muy dudoso ya que, como sabemos la estupidizacion es contagiosa y esos gobernantes, aun en su corrupcion genial, a su manera, son estupidos que hunden todo un pais, riendose de la memoria de aquellos proceres que dieron su vida por la Argentina, San Martin o Belgrano, por supuesto, no Kirchner.