Los revolucionarios de cafe, del recital o de como engañar una y mil veces y por mucho tiempo…

Los camaleones, o farsantes, o revolucionarios de cafe, o como les quieran llamar, han llegado y han traicionado a aquellos que dicen representar…

Hace 35 años comenzaba una época nefasta para la Argentina. Ya he contado mis vivencias ese día en otro post anterior. En aquellas épocas nadie sabía cuán lejos estaría el final de esa dictadura y cuán lejos en el tiempo llegaría la justicia (si alguna) para los autores de tanto crimen y destrucción. Yo era muy joven y estaba lleno de ideales. Tuve suerte y sobreviví… Llegó la democracia y nunca cambié mis inclinaciones políticas, siempre me dolió la pobreza, la marginación, la falta de trabajo y los salarios indignos. Intenté trabajar en política para cambiar esas cosas. Era un idealista…un estúpido tal vez (no sé si fui realmente un estúpido pero de lo que estoy seguro es de que me tomaron de estúpido). Creí siempre que aquellos que estaban en la política formando parte de partidos de izquierda o progresistas REALMENTE  querían cambiar las cosas para mejorar la situación de los excluídos. Pero finalmente me dí cuenta que estaba totalmente equivocado, que sólo buscaban su propio provecho, que solo buscaban «acomodarse» y vender la idea del progresismo. La mejor muestra de ello es la realidad argentina: luego de 35 años, el país sigue hundido en la pobreza, millones no tienen agua o vivienda o trabajo digno, ninguna revolución se ha llevado a cabo, los mismos de siempre detentan el poder y lo ejercen. Y aquellos que encabezan el gobierno son millonarios o quieren serlo. Son la mejor muestra de que solo son izquierdistas de pacotilla, de cartón, son revolucionarios de café y discurso, son los revolucionarios del recital, los que se dejan la barba, levantan la bandera y escuchan a Leon Gieco. Y después se van a disfrutar la cuenta en el banco o el sueldo ganado calentando algún sillón, dando algún discurso o acomodando algún amigo en desgracia o, la mejor de las veces, viajando en aviones pagados con la miseria del pueblo, de ese «pueblo» al que les gusta nombrar todo el tiempo pero al que nunca le dan nada… Y así, comenzando con Menem en los 90, gran amigo de Bush, pero con patillas largas y amigotes que tocaban el bombo, los liberales de la época de la dictadura tomaron el poder y comenzaron la destrucción «en nombre del pueblo» y con el voto popular, luego De la Rua hizo lo suyo y luego llegó la frutilla del postre: los Kirchner, ultimo invento del Peronismo, partido creativo si los hay, partido yo diría «camaleón», que durante una década es liberal, privatizador y socio «carnal» de los Estados Unidos y en la década siguiente, y ahí esta la creatividad, «dice» ser lo contrario para continuar con la obra menemista. Por supuesto que no se puede poner a Alsogaray o visitar a Bush en Texas, ahora conviene mantener las apariencias, rodearse de las Madres, dar discursos antiyanquis, meter en cana algunos viejos milicos en desgracia, hacer que Eduardo Galeano dé charlas por ahi, poner plata para filmar películas alusivas y odiar al FMI. Son los revolucionarios de cartón en acción, son aquellos que han inundado la Argentina con la nueva propaganda, son aquellos que se han aprovechado de ese mismo idealismo que alguna vez tuve y que siempre tienen los jóvenes justamente ante la injusticia y la pobreza que azotan la Argentina, para agitarlos, para someterlos y seguramente, para dejarlos de lado cuando ya no les sirvan. Son los traidores de aquellos que murieron (o que se fueron) hace 35 años. Son los que no cambian nada, pero dicen que cambian todo. Son los farsantes de la nueva Argentina progresista. A la manera de aquellos que, masificando la cara del Che, transformaron la revolución en un producto del marketing, estos han transformado la izquierda, las Madres y el progresismo en un show, en un recital, en un poster colorido y triste… Son tal vez peores que los otros…

Autor: daniel

Este es un "work in progress", un viaje que no se a donde me lleva...

2 opiniones en “Los revolucionarios de cafe, del recital o de como engañar una y mil veces y por mucho tiempo…”

  1. Totalmente de acuerdo. Yo también fui un boludo de «izquierda». Ahora tengo 30 y pico y me di cuenta de lo boludo fui aunque nunca fui tan boludo como para militar en un partido político aunque seguro eso me hubiese dado algún «puestito» en algún lado. Creo que es inevitable tener 20 años y creerse toda esa sarta de mentiras de la política en relación a la izquierda. No es que sus ideales están mal el problema son los hombres. Creo que los que se dicen de izquierda son los más hipócritas por lejos.

    1. Así es. Los mismos «izquierdistas» se han dedicado a destruir la izquierda y sus ideales. Es Rusia, una mafia, en Cuba un dictador empobreciendo a la gente. En la Argentona, un grupo de ladrones. Le han hecho un gran favor a la «derecha»y son sus mejores aliados. Gracias por tu comentario.

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