Hacia noviembre, los aires van cambiando. La vida fluye siempre, aunque a veces nos parezcan eternos los momentos que vivimos y a veces nos parezcan fugaces. Vivimos a pleno tal vez unas horas, porque la oportunidad se da y otras horas pasan y pasan y no dejan nada en nuestras vidas.
La eterna contradiccion del tiempo y la vida. Ayer murio alguien importante, notable tal vez; y se llevo consigo toda una vida importante y notable. Y nos preguntamos: para que? Ayer murio alguien ignoto tal vez; y se llevo consigo su ignota vida y la misma pregunta nos hacemos.
Y nuestra vida? que hacemos con ella? La pregunta tal vez es facil de contestar a los 25 años. Sera tal vez porque ya pase los 60 y aquella furia y energia que me empujaba a intentar cambiar el mundo, aprender cosas, ganar dinero, hacer una familia, cumplir mis sueños, etc., se ha ido apagando, que me cuesta encontrar la respuesta?
Será que, aunque sé (o supongo) que todavía me quedan muchos años por vivir, siento que debería hacer algo importante o notable ya que de aquellos sueños alcancé algunos y otros no pero sea como sea, el mismo plan ya no sirve? O será que tantas cosas han cambiado en mi vida que siento que realmente he perdido la brújula?
Sea como sea, el instinto de supervivencia siempre actúa y me ha permitido sobrevivir la pandemia y seguir vivo, sin enfermedades notables o peligrosas pero necesito urgentemente encontrar esa brújula perdida ya que hasta ahora sólo sigo viviendo, como en piloto automático.
Y allí hay todo un mundo lleno de injusticia, frivolidad, muerte, egoísmo, pobreza, falta de amor, abuso, tiranías, publicidad y tantas otras nuevas calamidades. Y algo tengo que hacer, aunque luego mi vida se vaya, algún día, notable o no y yo me lleve todo eso conmigo.
Respiro los frescos aires de noviembre, salgo a correr, camino, siento mi cuerpo y trato de encontrar esa brújula perdida entre los arbustos del bosque todavía húmedo con la lluvia de anoche.